Esta es la historia de dos chicos de un pueblo que se llamaban Tony y Jake.
A estos dos jóvenes les encantaba comer naranjas, cuando eran un poco mas pequeños plantaron un naranjo en su jardín y las naranjas que salían eran las mejores de todo ese pueblo.
Junto al naranjo había animales y era un poco peligroso porque se las podían comer.
Una tarde fueron a cojer unas pocas para hacerse un zumo muy rico y entonces...
¡ No quedaba ninguna!
Entonces se pusieron muy tristes.
-Tony : Jobar, ¿qué habrá pasado?- Le pregunto a su compañero.
-Jake: No tengo ni idea pero tenemos que averiguar que ha pasado.- Respondió confiado.
A la mañana siguiente, Tony y Jake fueron al jardín donde tenían plantado el árbol. Y se escondieron entre los demás árboles para que no les viera nadie.
Pasaron muchas horas aburridas sin que pasara nada y por momentos decidieron irse y darlo por perdido pero entonces ocurrió algo impresionante que nunca se imaginarian...
Ya sabían quien se comía las naranjas... ¡ Era el Caballo del padre de Jake !
Los dos chicos se quedaron impresionados porque pensaban que eran personas las que le robaban las naranjas.
Entonces decidieron llevar al caballo a otra parte para que no les volviera a suceder.
Desde entonces pudieron seguir disfrutando de las naranjas y se lo pasaron muy bien.
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